¿Qué dice la Doctrina Social de la Iglesia sobre la Ecología?

La Campaña Compartir de Cáritas de Venezuela, edición 43, está dedicada a la conversión ecológica y busca promover una gestión  de riesgos socionaturales  que proteja la integridad  de la población y preserve los bienes  y recursos. Bajo el lema “Más vale prevenir que lamentar”, invita a realizar las prácticas habituales del tiempo litúrgico de cuaresma  (ayuno, oración y caridad) en favor de  la casa común.

En atención al tema que lleva adelante esta campaña, es oportuno conocer  ¿qué dice la Doctrina Social de la Iglesia (DSI)  sobre la Ecología?  Al respecto, el DOCAT,  “¿qué hacer?” dedica un apartado al cuidado de la creación  y afirma que los cristianos hacen una contribución valiosa a la conservación de la naturaleza cuando apuestan  por  disfrutar de ella, en lugar de destruir el medio ambiente.

El texto señala que en atención a los desafíos del presente, parece aconsejable añadir el principio de la sostenibilidad a las premisas fundamentales de la doctrina social (dignidad humana, solidaridad, subsidiariedad, bien común). En este contexto, se entiende la sostenibilidad como el “asegurar de forma estable el ecosistema de la tierra y la capacidad de regeneración natural de sus recursos”.

El Docat explica la relación de la sostenibilidad con los principios de la DSI respondiendo por qué es necesaria: para la dignidad humana, porque siendo el ser humano el centro de la creación, la conservación de la naturaleza  es ineludible para su bienestar. Luego, la solidaridad está presente por el llamado a realizar  acciones conjuntas  y concretas para el cuidado del ambiente. Así mismo, la subsidiariedad en la conservación de la casa común  indica que las acciones deben surgir en las comunidades y ser acordes a sus características sociales y culturales de cada una.

En la encíclica “Laudato Si”  (Alabado sea) el Papa Francisco expresa que  la relación de la sostenibilidad con la noción del bien común  incorpora a las generaciones futuras, pues  la tierra que recibimos, pertenece también a los que vendrán, por lo tanto, “Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá”.

Finalmente, el Pontífice propone un desarrollo ecológico integral que reconozca que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental”. Así, la solución pasa por “combatir la pobreza para devolver la dignidad a los excluídos  y simultáneamente para cuidar la naturaleza”.

(PrensaUCAT)